sábado, 11 de diciembre de 2010

Vida de Emergencia

Hacía mucho tiempo que no sentía miedo. Esa sensación de desamparo y desprotección total, cuyo último recuerdo vívido se remonta también a un mes de Diciembre pero de 2001. Hace nueve años.
Soltero aún, volvía a mi casa en el conurbano bonaerense y cruzaba, cada diez o quince cuadras, una barricada con fuego realizada por vecinos que -armados con palos, armas blancas o de fuego- esperaban que habitantes de alguna “Villa” intentaran ingresar al barrio para saquearlos. Y los pobladores de barrios de emergencia hacían lo mismo. Temían lo mismo.
En la calle no había Fuerzas de Seguridad ni ley que regule el accionar de la gente. Los ciudadanos le habían quitado al Estado todo lo que le habían cedido para que éste administre: Derechos, deberes y garantías. Decidían orden, reglas y justicia por sí mismos.
Algo similar me tocó vivir en las últimas horas. Miles de personas. Miles de opiniones. Y la violencia como ley.
La toma de tierras públicas no es algo nuevo. La llegada de inmigrantes que las ocupa tampoco. Desde los Españoles que llegaron a finales del siglo XV e inicios de XVI, pasando por la ola inmigratoria de principios del 1900 hasta el arribo de europeos en la posguerra, fueron acompañadas por reparto de tierras. Al comienzo, para enmarcar una colonia, luego para la producción agropecuaria y más tarde –simplemente- para vivir.
Los primeros conventillos de La Boca fueron casas tomadas tras la epidemia de fiebre amarilla que hizo que los propietarios originales huyeran hacia las casas quintas del norte (desde Palermo hasta San Isidro). Los primeros barrios de emergencia –así se llamaban en esos tiempos- datan de las décadas del 40 y 50, la Villa 31 es una de ellas: Inmigrantes y emigrantes internos vivían en estas casas precarias apenas arribados, para que con los primeros ingresos –luego de incorporarse el mercado laboral que demandaba mano de obra-, intentar alquilar o comprar una vivienda. Incluso en varios partidos del la periferia capitalina, había inmobiliarias que se ocupaban de comprar tierras y realizar los loteos para la conformación de nuevos barrios (Luis D`elía me recordó Kanmar y Tarraubella en La Matanza)
Pero la “vida de emergencia” se extendió en el tiempo (por falta de viviendas, por sobredemanda de empleo) y se transformó en habitual, generando una cultura del barrio precario al que un libro de Bernardo Verbitski del año 1957 le dio el nombre de “Villa Miseria” y luego, escuetamente “Villa”. El nombre de “Villa” hacía referencia a los poblados que, por su cantidad de habitantes, no llegaba a ser una ciudad. El adjetivo Miseria, desgraciadamente, todos sabemos lo que significa.
En la Ciudad de Buenos Aires hay más de veinte villas y la denominada 1-11-14 (que fue la conjunción de tres que se fueron acercando unas a otras con la llegada de más habitantes) es la más grande y peligrosa de la Capital Federal. Está a uno de los márgenes del “Parque Indoamericano”, el segundo pulmón verde (aunque muy descuidado) de Buenos Aires. También están en los alrededores de este parque otras villas: la 20 o Villa Policial (porque ocupa terrenos de un depósito de autos siniestrados de la Policía Federal, al lado de la Escuela de Policía Ramón L. Falcón), la villa Cildañez y el “Barrio” Samoré.
El crecimiento poblacional de estas villas se triplicó en los últimos quince años, no sólo a raíz de las diversas crisis que atravesó (y atraviesa) nuestro país, sino por los problemas que conjuga toda la región; especialmente de los países menos desarrollados del cono sur. También se observa el avance de las viviendas que –dentro de su precariedad- se edifican con hormigón y ladrillos y van ganando altura en la construcción de habitaciones en pisos superiores.
Hay mucha gente con necesidades más allá de su nacionalidad y hay mucho “vivillo” dando vueltas y haciendo negocios con las dificultades de los más desprotegidos. Pero esto tampoco es nuevo. Pasaron gestiones de distintas banderías políticas e ideologías y nadie hizo nada. Ahora –con cuatro muertos, más de treinta heridos, con el parque tomado, los vecinos linderos enfurecidos, cuatro causas judiciales, tres jueces, dos cuerpos de policía ausentes y dos gobiernos en pugna) todos son dueños de la verdad.
Y nadie parece tener conciencia real de la situación. ¡Todos están de campaña proselitista para el año electoral que se viene! ¡La solución es echarle la culpa al otro! ¡Sin acuerdo! ¡Sin diálogo! Siento vergüenza de la incapacidad de la dirigencia que elegimos. De toda. ¿Acaso nadie es capaz de pensar en el bien común más allá de las “máximas ideológicas” o –peor aún- de las “máximas económicas”?
Siento miedo, desamparo, desprotección y falta de representatividad. Los gobiernos parecen ser sólo de los adeptos y congraciados, no de todos los que viven en un país o en una ciudad.
Todos vivimos en emergencia. En la emergencia de encontrar el equilibrio y la sensatez de marcar de cerca a quienes decidimos que administren nuestro espacio, nuestra vida, nuestra paz. De todos.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Manejo Político

“Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa.” La frase aforística no me pertenece y originalmente, se le atribuye al psiquiatra austríaco Alfred Adler; aunque –a esta altura- podría decirse que su concepto ya es patrimonio de todos aquellos que se han entrenado para descubrir las mentiras.
Una semana fuera de la vorágine de estar en medio de las noticia no logró aislarme del mundo de las noticias. Hablé por teléfono, leí portales y diarios, escuché la radio y -poco, siempre poco- miré noticieros y señales de noticias.
Quizás la información más impactante de la semana haya sido ver como un par de cámaras, puestas sobre autopistas y avenidas, mostraban cinematográficamente como un grupo comando intentaba asaltar un camión blindado y asesinaba a dos custodios en su afán de hacerse de casi veinte millones de pesos. Otra noticia fuerte es el lento avance de una investigación sobre medicamentos falsificados, troqueles ilegales y cientos de denuncias de pacientes que fueron tratados con placebos en enfermedades terminales como el Cáncer y el HIV y, por supuesto, muchos que ya no pueden denunciar nada.
Robo, inseguridad y muerte. A veces de forma más violentas y otras más disimuladas.
Esto no es nuevo –vaya descubrimiento- ni tampoco es viejo, es una constante. Pero en el universo de las noticias aparece dosificado, como si se plasmaran los temas en el momento indicado; como si se trabajara para que la información se difunda en un momento adecuado al impacto que pueda generar. Y quienes estamos en esto, estamos dejando de sospechar que las cosas pueden ocurrir de este modo para convencernos que “son” de este modo.
Vamos a dar unos ejemplos. Se muestran las cámaras de seguridad del Municipio de Tigre con las imágenes del intento de robo al blindado, en momentos en que Sergio Massa (Intendente de ese distrito del conurbano) está jugando políticamente para ver si se posiciona al lado de Cristina o de Scioli en la interna por las presidenciales del año 2011. A su vez, Daniel Scioli, Gobernador Bonaerense (en pleno estado de indecisión sobre su futuro político), acosado por algunos dirigentes cercanos para que se resuelva a ser candidato presidencial y cercado por intendentes para ser nuevamente candidato a Gobernador y dejar a Cristina la posibilidad de reelección ( Fernando Espinoza, Intendente de La Matanza se presenta como su posible vice); se muestra -a cada rato- en conferencia de prensa, dando a conocer detalles de la investigación.
Hay algunos detalles que es preciso sacar a la luz. Un día después del hecho policial en cuestión se realizaron 31 allanamientos con nueve detenidos en… ¡La Matanza!, ordenados por un Juez de La Matanza que hacía casi un año que estaba “investigando” una banda de asalto a blindados y que, consuetudinariamente, no ordenaba esos allanamientos. ¡Que casualidad! El juez es del distrito del intendente K que se posiciona como vice del -empujado desde arriba- “precandidato” a la reelección en la provincia. Y ordena las acciones judiciales en un momento de suma necesidad de buenas acciones para el Gobernador Scioli. Un día después y luego de asegurar que el trabajo judicial tenía vinculación directa con la muerte de los dos policías, otros allanamientos para disipar dudas sobre las armas y el tipo de banda, puso a Scioli nuevamente delante de las cámaras y grabadores para explicar los avances. ¿Cómo es que se puede actuar con tanta celeridad cuando el tema toma estado público? ¿Es necesario que haya policías o ex policías implicados para mostrar que –sobre la marcha- se está depurando la Fuerza?
Esto es un ejemplo de la noticia utilizada en función política y como se puede, desde los lugares de poder, monopolizar la información que se brinda a los medios ¿o acaso de dónde cree la gente que los periodistas sacamos declaraciones? ¡Sí! Nos la brinda la Policía, los Juzgados y los Organismos de Gobierno. Ellos son los que manejan esa clase información. A nosotros sólo nos resta curiosear y sospechar.
Mientras tanto, Sergio Mazza, Intendente de Tigre (lugar en el que ocurrieron los hechos), se reunió con Florencio Randazzo, Ministro del Interior y operador del llamado clamor de reelección.

En el otro caso, se ve a un Hugo Moyano despreocupado y con ganas de manejar el Partido tras la muerte de Néstor Kirchner. Y, horas después de los pedidos presidenciales para que acuerde con los Industriales en busca de la “paz social” para el próximo año electoral, cuarenta allanamientos lo ponen en el ojo de la tormenta en la causa en capítulos mensuales sobre la Mafia de los Medicamentos. Por su parte, Aníbal Fernández, Jefe de Gabinete de Ministros y otro operador reelectoralista, hace declaraciones en las que “le suelta la mano” al líder sindical en el marco de esta investigación. Otra información y movimiento judicial que se da en un momento justo a los fines políticos.
Dos ejemplos que fueron tapa de los medios gráficos y títulos de radio y televisión. Pero como estos hay infinidades. A nosotros solo nos queda sospechar, analizar y contextualizar. Manejar información no es patrimonio de Periodistas y Medios, sino de quien la brinda.
Mientras tanto, los que se murieron en asaltos o por recibir medicación falsificada, ya no esperan nada.
Miente mil veces para crear una verdad.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Presupongo…

El hecho de suponer algo implica –desde el vamos- una conjetura, una opinión, una idea, una abstracción. Ahora… ¿qué pasa si suponemos algo previo a esa suposición; si supongo una suposición, si pre supongo? ¿Qué lógica aplicamos a esta superposición de suposiciones? ¿Estamos ante la irrealidad de lo irreal? ¿Estamos ante la verdad absoluta?
Presupongo que los entendidos en economía deben saber de proyecciones más que de adivinación o ventura. Presupongo que detrás del dinero siempre hay riesgos (inversiones, ahorro, gastos o colchón) y los pronósticos pueden ser falibles: “Pueden fallar”. Presupongo que quienes elaboran las escalas de ingresos y gastos siempre se basan en el peor escenario y… si sale mejor, ¡Mejor!
Presupongo que sirve –y mucho- tener previsibilidad, aunque sea hipotética, acerca de lo que será el acontecer en materia económica del próximo año.
Presupongo que todos aquellos que tienen la responsabilidad de gestionar y regular lo que el conjunto de la sociedad le cede en materia impositiva, sabrán administrar los recursos en forma correcta, ética y ordenada.
También presupongo que habrá ideas y suposiciones diferentes respecto del uso de ese dinero proveniente de los ciudadanos y que, quienes tienen opiniones divergentes, sabrán controlar el empleo de esos fondos.
Presupongo que, más allá de mayorías y minorías, se busca que el direccionamiento de ese dinero tenga un fin justo y acorde a la demanda del bien común.
Presupongo largas discusiones y argumentos a favor y en contra de las proyecciones brindadas por distintas fuentes ideológicas. Y hasta feroces controversias hasta llegar al acuerdo final que encarne el interés común de la gente que eligió una representación heterogénea, porque nada convencía demasiado como para darle todo el apoyo.

Pero mientras presuponía, evidencié que hay más diferencias de las que –a simple vista- podían observarse. Que hay más argucias de las que ya conocíamos. Que hay más enfrentamientos personales que ideológicos. Y que todas estas pugnas tienen un solo objetivo: El interés sectorial del manejo del dinero.
No hay discurso ni política. Se habla de plata. Y la vieja disyuntiva: “Si. Ya sé que roban. Pero por lo menos reparten una parte”.
Durante las últimas dos semanas se habló del Presupuesto Nacional 2011 y de visiones contrapuestas –especialmente- en tres puntos fundamentales:
- Proyección de Crecimiento
- Proyección Inflacionaria
- Pago de Deuda Externa con Reservas del Banco Central
El Plan del Gobierno Nacional presupone que el Crecimiento será de alrededor del 4 por ciento durante el próximo año; que la Inflación estará en el orden del 8 o 9 por ciento; y que –como lo hiciera durante el presente ciclo- pagará Deuda con Reservas.
Cualquier laburante que vio como se depreció su salario durante 2010 sabe que perdió alrededor del 30 por ciento, que no le alcanza, que tiene que privarse de un montón de cosas. También sabe que hay más trabajo, que hay más gente que gasta dinero y que se nota una mejoría relativa general. No hace falta ser economista para saber que si se usan las Reservas (Respaldo de divisas de la moneda nacional), va a ser necesario emitir más pesos para poder recuperar las reservas; y si se emite moneda, hay inflación.
Pero lo más extraño de todo es la incoherencia generalizada que denotan los proyectos presupuestarios provinciales. Ni las provincias oficialistas siguen las pautas de crecimiento o inflacionarias propuestas por la Nación, ni las provincias opositoras coinciden con las proyecciones que sus propios partidos han discutido como válidas en ambas Cámaras del Parlamento Nacional.
Y en medio de toda esta reyerta, los gritos desaforados de un provocador y el cachetazo vergonzante ante el mundo de una líder opositora que había perdido la contienda.
Además, las sospechas de corruptela y venta de favores y votos a cambio de prebendas (Algo que una gran mayoría “presupone” pero que resulta muy difícil de comprobar).
¿Quién tiene la razón? Todos y nadie.
En el inicio de un año de elecciones presidenciales y legislativas, todos los dirigentes políticos quieren mostrarse y la única manera de lograrlo parece ser el escándalo. Bailando por el Sueño de la Banca o el Sillón al compás del reggeton.
Lo que sí es real es que no hay Presupuesto para el próximo año. Pero… ¿qué problema hay? Solamente estábamos presuponiendo. Suponiendo que suponemos.
Presupongo que se viene un año complicado. Pero la presuposición es la verdad o la irrealidad de lo real. Amén.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Los Pies en el Plato II

Con la seriedad de un docente de post grado y la convicción de un estadista, un compañero de trabajo me aseguró: “Política no se hace con ideas, se hace con Plata”.
La sentencia dejaba más que una alineación en el régimen en el que estamos inmersos y ante el que parecemos impotentes a la hora de poner un poco de equilibrio. El dinero -la “plata”- es una ilusión que nos brinda este sistema en el cual las cosas tienen un valor de cambio y donde al objeto, cuando más se lo recarga con esa ilusión de valorización, más incrementa su costo.
Militar políticamente cuesta dinero. Y no estoy hablando sólo de lo que significan el micro, el choripán y el vino o de la movilización como teatralización espectacular para la masa televidente. Moverse en el ámbito, juntar voluntades, posicionar cuadros, y hasta llegar a ser electo en un cargo, tiene su precio.
Recuerdo cuando en las elecciones legislativas de 2001, se publicaban las cifras millonarias que erogaban los principales Partidos Políticos y Alianzas de Partidos en el marco de las campañas proselitistas.
En contraposición, Luis Zamora (que obtuvo en la Ciudad de Buenos Aires más del 10 por ciento de los votos y fue electo Diputado Nacional) había gastado 10 mil pesos. En aquel momento, un Diputado Nacional ganaba -entre dieta y desarraigo- alrededor de seis mil pesos mensuales; por lo que Zamora recuperó lo gastado en dos meses de trabajo. La cuenta era fácil y estaba a la vista de todos. Muchos se preguntarán cómo recuperaron los millones invertidos los grande Partidos Políticos… y también imaginan la respuesta.
Y la realidad es que estamos en medio de Corporaciones que actúan constantemente para posicionarse dentro de las redes de poder. A veces conviven casi a modo matrimonial y otras se enfrentan como equipos de fútbol de barrio que juegan por “plata” (¡y sí! ¿¡Qué esperaban!?).
Generalmente el origen del dinero parte de la que llamaremos Corporación Empresaria (Allí entran los distintos lobbys: Industriales, Financieros, Agropecuarios, de Servicios y otros). Y si ellos son los que ostentan la billetera que banca a la política, es probable que jueguen con esa ventaja ante la que denominamos la Corporación Política (En ella están representados los Partidos Políticos, los Sindicatos y otras Instituciones y ONG`s que plasman el espectro filosófico-ideológico de la sociedad). Por su parte, este grupo establece las reglas de juego y manda sobre la que señalamos como la Corporación Jurídico-Policial (Jueces, Fiscales, Abogados y Fuerzas de Seguridad) ya que estos últimos, necesitan del aval de las Legislaturas correspondientes y/o la elección del Gobierno de turno.
Esta parece ser la lógica más racional de este sistema. Pero todas estas Corporaciones se las arreglan para posicionarse un escalón más arriba del Poder merced a argucias que les brinda su propia normativa y espíritu de cuerpo:
- Las Fuerzas de Seguridad pueden direccionar la acción de la Justicia armando causas o desviando la investigación.
- El Poder Judicial puede apurar expedientes, desestimar pruebas o valorar testigos según criterios muy subjetivos.
- Las Legislaturas o los Gobiernos pueden elaborar leyes o decretos que no sean de la simpatía de los Empresarios.
- Y, por supuesto, los Empresarios pueden dejar de aportar a las causas partidarias.
- También todos pueden hacer lo contrario, actuar con ética y responsabilidad. En “Equilibrio”.
Todos “pueden” y eso es el juego del PODER, la posibilidad de hacer (¡Qué pena que todo lo que mencionamos es dañino!)
Y la Corporación –cualquiera de ellas- es como la droga: Una vez que estás dentro, es muy difícil salir indemne. Quien ingresa necesita de ella para sobrevivir porque si sale y cuenta lo que pasa dentro, es un traidor y –por lo tanto- no merecedor de pertenencia.
En los últimos días asistimos a una serie de rupturas, reacomodamientos, entredichos, discursos antagónicos y otros menesteres en todas las Corporaciones de las que dimos cuenta: Policías corruptos y desaforados; Jueces y Abogados cuestionados; quiebres y discusiones en el seno de los Partidos y Alianzas; y guerra entre los distintos actores del sector productivo por el reparto de las ganancias.
Pero nadie da un paso en falso, todos juegan el juego del “Poder” sin sacar los pies del plato. Y cuando más se muestran públicamente, más chance tienen de mantenerse visibles, bien adentro del plato para no quedarse sin plata. Para que no queden dudas.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Los Pies en Plato

El Hombre en sí, es un Ser contradictorio. Vive decidiendo entre opciones opuestas a cada instante de su vida. Si no decide, se paraliza. No acciona. No vive.
Y la toma de posición lo ubica muchas veces en veredas opuestas y hasta incompatibles con su propia línea de pensamiento. Incoherencias inexplicables para un Ser racional, aunque podrían ser muy pertinentes como parte del instinto de supervivencia animal que todos llevamos dentro (algunos de modo más exacerbado que otros).

Hace unos años, trabajando en un empleo que nada tiene que ver con el periodismo, un ocasional compañero de trabajo me comentaba que hacía cuatro meses que había vuelto al país, después de haber residido durante seis años en EEUU. Mi pregunta fue casi instantánea…
-¿Qué fue lo que te hizo decidir regresar?
- Allá tenía todo –me respondió- . Trabajo, vivienda, vehículos, educación para mis hijos, esparcimiento, paisajes bellísimos.
¿Pero sabés qué? –Me cuestionó- Todo era demasiado aburrido, planificado, sin adrenalina. En EEUU llegaba el mes de Octubre y proyectabas las vacaciones. Pero no las de ese año, sino la de dos años después. Porque las de los meses siguientes, ya las tenías pautadas dos años antes!!! Extrañaba vivir al día, decidir sobre la marcha, que la vida tenga emoción y eso sólo pasa en Argentina.

La respuesta era rara. Pero para quien habita en nuestro país, la descripción no resulta para nada discordante con la vivencia. Sin dudas que aquí las cosas cambian de manera vertiginosa y de modo inexplicable: Precios, modas, gustos, leyes y hasta las nomenclaturas de los Partidos Políticos (que siempre son los mismos).
Por supuesto que en este espacio hablamos de política… y sin remontarnos a un pasado muy lejano ¡¿Cómo se siguen inventando “ismos”?!: Menemismo, Duhaldismo, Kirchnerismo, son Peronismos repersonalizados. Delaruismo, Alfonsinismo (Ricardismo, hoy), Cobismo, son Radicalismos apellidados.
Leyendo biografías de algunos representantes de los partidos más importantes, muchos de ellos dirigentes en funciones en el Estado desde hace varios años y otros en la oposición desde hace tiempos similares, encontré (¡ojo! no me creo merecedor del Pulitzer, ni mucho menos) y pensé bueno compartirlo y refrescarlo; gente que ha pasado por todos los “ismos” de sus partidos –y a veces de otros- sin importar si la corriente cambia de mano, defendiendo a capa y espada conceptos tan opuestos como la teoría de Lombrozo y los Derechos Humanos.
Vamos a dar dos nombres como ejemplo y siempre considerando el planteo inicial de esta reflexión: El hombre es contradictorio por naturaleza.
Miguel Ángel Pichetto tiene 60 años y desde 1983 está en la función pública. Fue parte del Cafierismo, del Menemismo, del Duhaldismo (desde la presidencia del Lomense es presidente del bloque de Senadores) y ahora en el Kirchnerismo. Y díganme ustedes si entre los cuatro “ismos” mencionados hay diferencias o son la misma cosa. Si es lo segundo, no se entienden las críticas que entre ellos mismos se propinan. Una vez, Gerónimo “Momo” Venegas (Peronista –no se de que rama, quizá Duhaldista- dirigente sindical) me dijo: - “No te equivoques. Pichetto siempre es oficialista…”
Elisa Carrió tiene 53 años y desde 1994 está en la función pública electiva (tuvo un paso por el Poder Judicial de su provincia natal -Chaco- durante la dictadura). Militó y fue electa legisladora por el Radicalismo, luego participó de la Alianza, más tarde fundó su partido ARI y ahora conformó otra Alianza de partidos denominada Coalición Cívica que, a su vez confluye en el llamado Acuerdo Cívico y Social junto a otros partidos políticos. ¿Existe una línea de coherencia en su trayecto? Pasó de ser miembro la APDH a negar que la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay haya hecho desaparecer personas. Alguna vez escribió Jorge Fontevecchia en la contratapa de su Diario Perfil: “Lo suyo no es ganar y menos gobernar”. Parece que su lugar siempre será ser oposición.

Pero al borde de las comparaciones, parece que una vez que se ponen los pies dentro del plato, hay que hacer equilibrio en ese plato. O pisar con un pie en un plato y otro plato con el otro pie hasta decidir poner de nuevo ambos en uno. Aunque lo que es seguro, es que si se dejan fuera, es casi imposible volver a subirse.
Quien entró a la política “armoniza” sus ideas en pos de no quedar afuera. Por algo nadie se fue cuando en 2001 todos gritaban “que se vayan todos”. Hicieron equilibrio en el juego de platos de la política y mantuvieron los pies adentro. En el oficialismo o en la oposición, más allá de los “ismos”. Conservando la idea de que Argentina tiene la adrenalina de lo impredecible pero con prácticas conservadoras envueltas en discursos progresistas.

sábado, 30 de octubre de 2010

Reflexiones sueltas, emociones atadas…

Estaba a punto de cumplir 5 años cuando murió Perón. Tengo un recuerdo muy vívido de aquellos días en los que la transmisión por Televisión del velatorio también tuvo relevante importancia. El Westfield blanco y negro que estaba en el comedor de mi casa mostraba una fila interminable de gente que intentaba llegar al ingreso del Palacio Legislativo. No entendía mucho lo que veía en aquel momento… comencé a comprenderlo con los años. A esa edad ya podía leer y escribir. Mi pasatiempo favorito era el de buscar palabras “largas” en el diario que cada tarde traía mi viejo después de trabajar. Por supuesto que la significación de las palabras no era mi fuerte con apenas cinco años. Era entretenido juntar las letras y dar en la tecla con la pronunciación. Entre esas palabras largas había encontrado una de la que no tenía la menor idea de lo que podía significar. Y pregunté:
- ¡Mamá! ¿Qué quiere decir “Antiperonismo”?
Un largo silencio y la intención de explicar lo que muchos adultos jamás comprenderían ni comprenderán.
Mi hija mayor hoy tiene casi la misma edad que tenía yo en aquel momento. Y padres periodistas que miran, escuchan y leen noticias. Igual que en mi infancia, un solo televisor en el comedor. El noticiero y un único tema durante tres días. Y las preguntas. Me dí cuenta que aprendí a preguntar muy bien, pero ¿responder?
- ¿Cómo se llamaba el Ex Presidente? ¿Por qué se murió? ¿La esposa del Ex Presidente es la Presidenta? ¡Cuánta gente que fue a verlo! ¿Por qué? ¿Y ahora cómo va a hacer la Presidenta?
Complicado. Difícil. Imposible.
Tres días estuve viendo y participando desde la cobertura, de un hecho trascendental. El reconocimiento a un hombre que, más allá de ideologías y diferencias, fue elegido y encumbrado por la mayoría de los argentinos fuera de cualquier número electoral.
La verdad es que no sé si Néstor Kirchner podrá estar a la altura de Juan Domingo Perón – me tocó vivir la decadencia y la peor parte de su vida política en un momento en el que sólo entendía que se podía o no comprar caramelos según la altura del mes-, su magnitud siempre he tratado de comprenderla por referencias.
A Kirchner lo festejé, lo padecí, lo admiré, lo sufrí y logró sorprenderme con esa postura casi antimarxista de poner a lo político como determinante último de las relaciones sociales; de sobreponerlo a lo económico al punto de mostrar e intentar demostrar que la política decide sobre el dinero y su manejo.
Quizás la tiranía del tiempo no le permitió mostrar sus últimas cartas. Muchos esperaban que pudiera encolumnar a mayorías abrumadoras en pos de la construcción de una Nación encaminada hacia la madurez (Oposición siempre habrá, sería insano que no exista); otros tantos esperaban que cediera ante la primera derrota fuerte –la 125- ante quienes se había enfrentado con vehemencia.
Desde hace un tiempo es casi inevitable que quienes hablan de política –en la familia, en el trabajo, en un bar o en una tribuna- no lo hagan contraponiendo a Kirchner y al “Kirchnerismo” con toda la oposición, en la que hay ideologías e intereses tan contrapuestos que complica cualquier acuerdo. Política de potrero. Pero, si salimos campeones, que importa de donde salen los jugadores. Qué raro que aún siendo fanático de Racing no pudiera evitar que en el país siempre se jugara un River-Boca.
Y como en aquel mes de Julio de 1974, con apenas cinco años por cumplir, supe que lo que estaba viendo y viviendo era algo grande, algo que seguramente recordaría con matices. Como también va a recordar la preguntona de mi hija, cuando –ya grande- tenga referencias del Ex Presidente y la Presidenta por los que se perdió los dibujitos durante varios días. Pero aún así, tuvo sus caramelos.
Las expresiones de aliento que se vieron durante el velatorio en la Casa Rosada, reflejaron un gesto en Cristina Fernández viuda de Kirchner por el cual, con su mano derecha parecía tomar esa fuerza, llevarla a su corazón y agradecerla besando esa mano para devolverle el gesto. También nosotros le expresamos nuestros mejores deseos y el apoyo de ser argentinos.
Por mi parte voy a seguir haciendo mi trabajo sin permitir que nadie trate de ubicarme en una vereda u otra, en un lado o en el “anti” del que alguna vez pregunté su por significado. Estoy decidido a seguir caminando por el medio de la calle.

sábado, 23 de octubre de 2010

La ley del más Pobre

Padecer o morir en defensa de las ideas o creencias es la definición conceptual de martirio.
El 1º de Mayo se recuerda a los “Mártires de Chicago”, un grupo que encabezó la protesta de trabajadores que reclamaban una jornada laboral de ocho horas en 1886 en EEUU y que fueran condenados a la horca. En la mayor parte del mundo es el Día del Trabajador, en EEUU el trabajador y su lucha no cuentan, es el Día de la Ley…
El “Día de la Mujer” también tiene un origen similar: cerca de 150 mujeres murieron en el incendio de una fábrica textil a mediados del siglo XIX cuando reclamaban remuneraciones equiparadas con la de los hombres que realizaban la misma tarea.
Pero estamos hablando de historia. Si hasta parece sólo una idea romántica de lucha en busca de la emoción de darle un sentido a las fechas.
Sin embargo, aquí y ahora también tenemos muertos y fechas. Treinta y tres muertos en el país, siete de ellos en la Ciudad de Buenos Aires fue el saldo de los sucesos del 19 y 20 de Diciembre de 2001 que culminaron con la caída de Fernando De La Rúa. Kosteki y Santillán, el 26 de Junio de 2002 eran parte de una manifestación de desocupados que cortaron el Puente Pueyrredón en plena crisis. Sus muertes obligaron al Presidente interino Eduardo Duhalde a llamar a elecciones y a olvidarse de ser candidato.
Hace tres días otra vez un reclamo justo se cobra una vida. Más allá de partidos políticos, ideologías y grupos de pertenencia se trata de otra vida. Y ya no es romántico. Es deplorable.
En primera persona, estuve realizando la cobertura del conflicto desde sus inicios: cortes de vía, bloqueos de boleterías, “batucadas” en la estación Constitución. Siempre había “grandotes” agrupados para amedrentar a los manifestantes y muchas veces, directamente fueron a increpar o a disuadir (término suave, si se quiere) a los líderes de la protesta de trabajadores despedidos o tercerizados del ex Ferrocarril Roca que pedían igual remuneración para igual tarea. Paradójicamente, el día del asesinato de Mariano Ferreyra estaba en el Senado de la Nación siguiendo la aprobación del proyecto de Restricción y Control de Armas. Tarde se acordaron. Hubo un “descontrolado” que usó una para matar y herir sin “restricciones”.
Norma Morandini es Senadora Nacional por Córdoba, pero primero es Periodista. Me dejó una reflexión que muchos conocen pero repiten sin sentido: “Cuando impera la violencia, pierde la política”. Justamente la política se desarrolló para dirimir las diferencias en el diálogo, para terminar con las guerras, para que las únicas armas que perduren en la lucha sean las palabras. Las palabras no matan a nadie pero pueden ganar un conflicto con argumentos. Lamentablemente, hay muchos que no entienden o no quieren utilizar las palabras porque se ven derrotados. Incluso muchos que comprenden el valor de las palabras, gritan porque no saben utilizarla.
Sin embargo, los que siempre piden a gritos Justicia, aún valorando la palabra y su significado, son los últimos en encontrarla. Por que son los más desposeídos, los más precarizados, los más desamparados. Los únicos que siempre están obligados a cumplir la ley, la ley del más pobre.