sábado, 31 de julio de 2010

¡TWITEAME QUE ME CALIENTA!

A mediados de los `80 la película “Brasil” –más allá de reflejar el extremo de la burocratización del Estado-, mostró cómo se imaginaban el futuro en los años `60 con una parodia de la excesiva informatización. Justamente, para la era del “flower power”, el sociólogo canadiense Marshall Mc Luhan ideó la “Aldea Global” y daba sentido y significado a un término (hoy muy en boga): Globalización.
Mc Luhan pensaba, en esos años (¡Ojo! Estamos hablando de hace 50 años atrás ¡no de la era del hielo!) que el hombre, cada vez más, iba a transformarse en un ser claustrofílico (amante del encierro) o agorafóbico (enemigo de los espacios abiertos) e iba a realizar todas sus actividades desde su hogar, mediante el “ordenador”: Trabajar desde su computadora hogareña, estudiar, realizar las compras y hasta establecer relaciones sociales (¡benditas redes!), vínculos de familia y amistades. Todo desde el ordenador. ¡Hasta el sexo podía ser virtual!
Marshall Mc Luhan se murió en 1980 y si es posible que nos escuche, le avisamos que se quedó corto…
La transformación ha sido tan vertiginosa que la idea de “todo en casa” está quedando en desuso. El vínculo de hoy es la telefonía. Pero no la de Alexander Graham Bell sino la del 4G. En menos de 20 años los celulares pasaron de ser analógicos, a digitales con mensajes de texto, luego a posibilitarnos Internet móvil, hasta lo que hoy es casi una realidad: el celular es un “ordenador de bolsillo” en el que se puede tener todos los comandos de la vida cotidiana (la PC, el teléfono y los medios).
Y pensar que cuando era chico, un “celular” era el camión de traslado de detenidos que usaba la policía…
En menos de dos minutos, resumimos un panorama tecnológico que parece alentador pero… ¿estamos preparados para ser una sociedad sin espacio, sin territorio, donde todo se hace desde el “no lugar”, desde el tránsito? Hablamos telefónicamente desde el auto por Bluetooth (avisamos que es una infracción de tránsito); leemos los diarios y vemos la tele o escuchamos la radio por Internet (¡incluso por teléfono!); la información está en nuestras manos en microsegundos. Ya no necesitamos memoria ¡Tenemos la memoria virtual!
Y en el aspecto social, la circulación de información es tan vasta y veloz que prácticamente resulta imposible contabilizarla. Las redes sociales agregaron información particular de millones de personas e interrelacionaron a gente que en otro tiempo hubiera sido imposible. El Chat, Facebook, Sónico, Blogs, Skype y ahora Twitter pasaron a ser para muchos, algo imprescindible. Y lo que en un principio se pensara como herramienta hoy, en la práctica, se convirtió en medio de comunicación. El medio es el mensaje decía Mc Luhan. No hay institución o funcionario que no participe al menos de una red social y en los últimos meses quienes aún utilizamos estas redes como tecnologías de apoyatura de otros medios, hemos asistido a campañas políticas, foros de discusión y hasta shows de peleas entre funcionarios políticos, empresarios y periodistas para ver quien tiene más adeptos y seguidores en Twitter.
Llama poderosamente la atención que vivamos tan interesados y alertas a lo que escriben nuestros amigos virtuales de Facebook o quienes seguimos a través de Twitter. ¿Habrá sido del mismo modo en los años ´30 cuando mis abuelos se sentaban alrededor de la piedra galena para escuchar el Radioteatro? Lo distintivo de hoy es la posibilidad de retroalimentación, de contestar y participar. ¿Será ésta la posibilidad de democratizar la comunicación que tanto se discutió en la década del ´70?
Twitter se transformó en el recinto de la discusión política y de la entrevista periodística pero, quienes hicieron de esta red un campo de batalla, pugnan con uñas y dientes por verse más agresivos. Y de una vereda u otra, de la política vernácula o del enfrentamiento entre gobierno y medios, compiten por aparecer en el cuadrito del “Empleado del mes”.
Lamentablemente el poder sigue siendo del dinero y todo lo que circula y genera dividendos, trasciende y lo que no da ganancias queda en el olvido. Pero sigamos poniendo en discusión todas estas cuestiones de la tecnología, los medios y la comunicación; aunque por ahora solamente reaccionemos ante un comentario de redes sociales con la instantaneidad de quién responde por calentura. Por ahora, la lectura sigue planteando dificultades a la hora de descubrir la verdadera intencionalidad del mensaje y sólo está sujeta a interpretaciones del receptor. ¡Twiteame que me calienta!

martes, 20 de julio de 2010

Noticias sin Periodistas

Puedo saber mucho de contabilidad y no ser un Contador. Puedo conocer mi cuerpo y algunas dolencias, tomar algún medicamento de venta libre y eso no me hace Médico. Puedo tener mucho conocimiento acerca de mis derechos y no ser Abogado. Puedo aconsejar a un amigo sobre la relación con su pareja y no ser Psicólogo. Puedo manejar mucha información y no ser espía (está de moda); y contártela de maravillas y no ser Periodista.
Pero soy Periodista: Busco información, pregunto datos, los analizo, explico saberes y expongo para que conozcan. Una visión (no tengo ojos en la nuca ni estoy en todos lados) de los hechos, no una opinión. Una mirada especializada de quien conoce su trabajo; de quien sabe dónde buscar y duda de lo que encuentra (por eso lo chequea con varias fuentes). Un profesional que transforma un hecho en una noticia porque –el hecho- afecta a una importante cantidad de personas. Porque sabe que la noticia va más allá de la particularidad para convertirse en generalidad y porque para que ese hecho sea noticia, debe ser masivo y pasar por los medios. No se trata de un mero hecho policial, se trata de “inseguridad”; no es un simple debate del Congreso, es la sanción de una ley; no es sólo un evento deportivo, es la pasión de todo un pueblo; no hablamos de elecciones sino del futuro de una nación.
Hay una función social en el trabajo del periodista y es el de reconocer qué hecho es noticia. ¿Construcción de la realidad o reflejo de la realidad? El periodista no inventa lo que pasa, los sucesos ocurren. Y si acaecen con frecuencia y nos afectan socialmente, merecen ser conocidos y se transforman en noticias.
El Periodista es un profesional de la información y está más allá del medio para el cual trabaja. Creer que el periodista es el “Medio” es como dar por hecho que un empleado es el dueño de la empresa para la que trabaja.
¿En qué periodistas confiar? Pasa algo similar a lo que ocurre con Contadores, Médicos, Abogados o Psicólogos:
Si dos más dos es cuatro pero el Contador te pregunta: - “¿Cuánto quieres que dé?”
Si tienes una línea roja que te recorre la mitad de la pierna sobre una lastimadura color violácea y el Médico te dice: “No es nada… tómate una aspirina y mañana ve a trabajar tranquilo…”
Si te involucran en un hecho delictivo en el que es imposible que te impliquen y el Abogado dice: - “necesito, en principio, 30 mil pesos para trámites y…”
Si el Psicólogo te dice: - “tienes todo muy claro y puedes resolverlo solo…”
…Hay algo que está fallando…
Hay mucho chanta en todos lados, sólo hay que aprender a reconocerlos sin embarrar a todos por que algunos no tienen ética.
Piensa, en dos minutos (controlando el tiempo, eh!) diez políticos honestos… se terminó el tiempo.
Piensa, en el mismo tiempo, en diez periodistas honestos… te queda un minuto para seguir buscando políticos.
Algunos de esos políticos que dejaste fuera de la lista quieren hacernos creer que los periodistas no son necesarios, que se puede tener una comunicación directa con la gente, que es posible un Periodismo sin Periodistas. Nadie pregunta lo que molesta y no hay respuesta, se cuenta lo bueno que se hace y se evita la crítica. Se muestra lo que se quiere mostrar y no lo inconveniente. Se monopoliza la información que debiera ser pública.
Y parece que ahora la solución mágica y democratizadora es Internet. ¡La Red! ¡La Santa Red! ¡Las redes sociales son la solución y el “Cara a Cara” con la gente! ¡Por fin se puede eliminar a los Periodistas!
Pero hay otro inconveniente: no es gratuita. Tienes que pagar abono de telefonía celular 3G o Banda ancha. E inclusive ¿Para qué se hizo una nueva Ley de Medios si lo democrático es la Red? ¿Por qué no una ley para poner Wi Fi en todo el país? Así todos nos olvidaríamos de pagar Banda Ancha o abono 3G (todos los que podamos pagarlo, obvio).
Democratización significa hacer todo por el Pueblo, pero mientras exista pobreza no existe democracia que se pueda preciar de tal. Y hay intereses que implican que los pobres “son necesarios”, no para la democracia sino para generar Poder y hacernos creer que se democratiza, comunicando cara a cara.
La Red me provee planillas de cálculo, descripción de enfermedades, acceso a la lectura de todas las leyes y, también, consejos de autoayuda. Ya podemos eliminar a todos los profesionales: Finanzas sin Contadores, Medicina sin Médicos, Derechos sin Abogados y Psicología sin Psicólogos. ¡Pero que no falten dirigentes políticos!
¡¡Ah!! ¡Por supuesto! También podemos lograr tener NOTICIAS SIN PERIODISTAS.