sábado, 28 de agosto de 2010

La Era del Medio

Si no se quisiera controlar la información ¿para qué se arma una ley de medios? ¿para qué se construye un informe sobre una empresa de medios?. Si la Justicia es independiente ¿por qué no se denunció -desde el principio- judicialmente a las empresas de medios que están fuera de la ley? ¿por qué no se presentaron las pruebas directamente a los jueces?
A los dirigentes políticos que deben controlar desde el Estado, los elegimos nosotros con listas que arman ellos con empresarios cercanos. Y a los jueces los eligen los dirigentes políticos ya que sus pliegos deben ser aprobados por las Legislaturas. Los únicos que confiamos en soluciones que nunca llegan somos los votantes, que estamos como el “loco” del futbol: siempre al medio y viendo como se pasan la pelota…

La función principal del Periodista es la de brindar al público las herramientas necesarias para que éste pueda construir un panorama de lo que pasa a su alrededor; con información, antecedentes y posibles consecuencias; ofreciéndole el desarrollo de los hechos y, de este modo, reconocer como influyen en su vida, en su cotidianidad.
Esto no es una definición ni una sentencia, sino una expresión de deseo. Pero a la vez, es reconocer para que estamos dentro de la estructura social, saber por qué este oficio se ha profesionalizado y existen infinidad de Centros de Estudio, Institutos, Facultades y hasta Universidades que se dedican a enseñar esta disciplina; y en nuestro país, existen alrededor de 15 mil periodistas y una cantidad similar de estudiantes de Carreras orientadas a la Comunicación.
Una de las tareas más importantes de los Periodistas es determinar que es más importante -dentro de todo lo importante- como para ser informado o transformarse en noticia. A esto se denomina AGENDA.
Por supuesto que aquí se mostrará la visión del periodista, una parcialidad en la toma de decisiones sobre los temas de la Agenda; para lo que deberá tener en cuenta el interés común, el sentido común y el conocimiento de la coyuntura y los antecedentes que hacen que estos temas adquieran relevancia y –por lo tanto- tratamiento.
Pero… ¿Está mal que tome estas decisiones? ¿Que marque el rumbo temático de los acontecimientos que preocupan?
Cualquier Profesional toma decisiones sobre lo que debe hacer quien lo consulta: Un Médico decide sobre la medicación o el tratamiento de un paciente; un Abogado, sobre la estrategia de defensa o acusación en un tema Judicial; un Financista, sobre dónde y cuándo invertir y en qué invertir; un Arquitecto, sobre diseños y materiales. Puede aceptar sugerencias, ideas, acotaciones; pero es su conocimiento el que le permitirá tomar las decisiones en última instancia.
El Periodista es eso: un Profesional de consulta sobre información de toda índole; y la decisión acerca de la credibilidad y fiabilidad del periodista se la da el público que lo sigue, como un cliente de cualquier Profesional. De hecho, paga por recibir información: compra el Diario, paga Internet, Cable o factura de Electricidad.
Ahora… ¿Cuántos Profesionales trabajan en forma independiente? La mayoría lo hace como empleado de una Empresa que –generalmente- pondera la ganancia o el rédito más allá del tipo de Compañía de la que se trate: constructora, financiera, de salud o de medios. Es allí donde se plantea de necesidad de “cintura”, para que la requisitoria empresaria sea compatible con las decisiones profesionales del servicio que se debe brindar.
Y acá empiezan los problemas.
En primer lugar, la mayoría de los propietarios de los grandes Medios de Comunicación en nuestro país y en el mundo no son Profesionales de la Comunicación, son Empresarios que –además- tienen medios de comunicación. El ejemplo más claro es de del Grupo Clarín, fundado por un periodista pero transformado, con el devenir de la historia, en una empresa cuyo principal ingreso tiene que ver con los servicios (Cable e Internet). O el Grupo América, cuyos propietarios son empresarios de otros rubros o dirigentes políticos. Esto genera el choque entre el deber ser y la búsqueda de ganancias.
La Agenda sufre la influencia de los anunciantes sobreponiendo el interés económico de la empresa por encima de las necesidades informativas.
Y en el lugar más peligroso, está la influencia de la política (que, por supuesto, tiene una raíz económica) que permite que la decisión de la Agenda de temas relevantes la defina el operador político más hábil en connivencia con el dueño del medio y –muchas veces- con la anuencia de periodistas (esta vez con minúscula). Así, como público, muchas veces creemos que temas como Papel Prensa, la comisión investigadora de Macri y las escuchas, la coparticipación del impuesto al cheque o la inmortalidad del cangrejo son los temas que preocupan a la sociedad por sobre la pobreza y el hambre, la inflación, los salarios o la educación. ¿Pero importan realmente a la gente? ¿qué le interesa a la gente? ¿qué espera de los Periodistas y de los medios?
Pocos son los Periodistas que se han arriesgado a transformarse en empresarios de la comunicación y, a la mayoría no les ha ido de maravillas. Siempre sobreviven a la penuria y generalmente son exitosos como periodistas pero necesitaron de inversores de otra índole para generar el Medio. Los ejemplos de Héctor Ricardo García, Jorge Lanata o Daniel Hadad muestran un abanico de este modelo empresario: O se funde o ser alía con alguien que ponga la plata. Y por lo tanto, a que la mordaza lo persiga para que construya la Agenda de algunos para dejar de lado la Agenda de Todos.
Poniendo al costado la Era del Medio para transformarla en la Era del Miedo.

sábado, 14 de agosto de 2010

Cuestión de Vida

“¿Cuándo se es persona para el Derecho? La ley dice que una persona es un ser capaz de adquirir derechos y obligaciones. Un feto puede adquirir derecho si nace vivo y es viable, pero no puede adquirir obligaciones. Todavía no hay persona. Es parte de la mujer y somos las mujeres las que tenemos que decidir sobre nuestro cuerpo”, dijo hace apenas unos días la Ministro de la Corte Suprema de Justicia Carmen Argibay.
Mientras tanto, en el Congreso Nacional se volvió a negar la posibilidad de que la Fertilización Asistida forme parte del Plan Médico Obligatorio y, por lo tanto, que las Obras Sociales y Prepagas hagan frente a los gastos que genera la imposibilidad de tener hijos.
Los dos temas se dieron cita en la agenda de cuestiones políticas de estos días. Pero lo más extraño es lo diametralmente opuestos que se tornan estos proyectos: Uno busca interrumpir lo que el otro pretende lograr. Y en el medio, algo indefinido científicamente: El concepto de Vida.
Y también desde la Ley. De vida de quién: de la madre, del hijo, del feto, del padre, del que puede, del que no puede, del que tiene derechos, del que tiene obra social, del que tiene dinero. ¡¡¡Ups!!! Otra vez el dinero en todo esto… ¿Cuánto cuesta la fertilización asistida hasta que no falla? ¿Y hasta cuántas veces se puede intentar? ¿Cuánto cuesta un aborto? ¿Y uno sin riesgos? “Todo es cuestión de plata” dice el viejo León.
Sin embargo, el debate sobre cuestiones de vida se torna tan liviano que resulta vergonzante. Una Jueza de la Corte dice que el derecho considera persona al que adquiere derechos y obligaciones y deja de lado incluso a un bebé. Feto o bebé es un apéndice de la madre, no es persona. Empiezo a temerle a la ley y quienes ostentan el poder de aplicarlas. Quizás pueda clonarme ya que puedo decidir sobre mi cuerpo.
Por otra parte, el otro punto fuerte de la discusión es que –en nuestro país- se realizan 500 mil abortos por año en forma clandestina y que siete mujeres por hora asisten a hospitales o sanatorios por sus consecuencias, en algún punto del país. Gravísimo, no tengamos dudas. También en el país hay un millón de armas ilegales y no por eso se piensa en habilitar su uso civil indiscriminado.
En el otro tema, considerar como enfermedad la infertilidad es un tema que tiene un debate en el que las corporaciones médicas privadas parecen imponer las reglas y el costo es el impedimento. En cualquier momento nos vamos a enfermar por no tener dinero para no enfermarnos.
Pero, a entender de la dirigencia política argentina actual, la ley no es regla o norma, es solamente un paliativo para “aguantar algo que ya se fue de madres” porque hubo cosas que no se pensaron antes. O que sí se pensaron pero no era “indispensable” regularlo en aquel momento: Hay que esperar a que explote todo para establecer un atenuante, instituir un criterio que morigere los efectos de la destrucción. Así escuchamos lemas como “Penas más duras”, “Bajar la edad de imputabilidad en menores”, “Legalizar el consumo de drogas”, entre otros que pelean por ser cumbre progresista o bastiones de la derecha; mientras la “gilada” (sin laburo, sin educación, sin proyectos, sin futuro) mira por tele como cincuenta tipos arman shows de debates y confrontaciones que no llegan a ningún lado… porque ahí es adonde hay llegar.
Las cuestiones de fondo de lo que nos afecta no tienen discusión. No existen políticas de Estado, sino de Gobierno. Pero no de este gobierno, de todos: Nacional, Provinciales, de este período, de los últimos años.
Aborto y fertilización deberían estar en el mismo nivel de debate y al alcance de toda la sociedad para que pueda pensarlos y expresarse al respecto.
Sin embargo, todos dicen llegar con la receta mágica y nos están haciendo desaparecer. No se dan cuenta que es una cuestión de vida.

sábado, 7 de agosto de 2010

Condenados sin Condena

Jeremías Bentham reflejó, desde la filosofía, lo que estaba ocurriendo en la sociedad de su época (el siglo XVIII): La génesis del Capitalismo y la necesidad del Capital de vigilar todo en función del Capital.
El “Panóptico” era la posibilidad de generar la sensación de estar constantemente vigilado y, de este modo, prevenir el ataque al Capital. El Panóptico consistía en una especie de edificación concéntrica, con una torre central en la que el vigilador que estaba en ella, se encontraba oculto y por lo tanto, los que permanecían en la base, no podían distinguir si eran vistos o no. Esta idea utilitaria fue el modelo de la cárcel moderna, pero también de las escuelas, los hospitales, las iglesias, las fábricas… de la idea de “Nación”: Quien estaba arriba podía ver todo, vigilar todo.
Pero el mismo Capital fue el iniciador de la decadencia y destrucción del modelo. El dinero y la riqueza pueden comprar todo, incluso al que vigila.
Hoy, inmersos en un sistema del cual no podemos prever su techo, el dinero es el nuevo Dios, el nuevo Ídolo, el nuevo Creador, el Hacedor de Todo. Y el que tiene mucho, quiere mucho más y el que no lo tiene, quiere tener lo que tiene el otro. Y todos pedimos que se vigile para que no saquen lo que tenemos.
Pero antes; primero, hace tiempo, nos dejaron de dar lo que nos corresponde. Lo que escuchamos hasta el hartazgo en forma de promesa, de expectativa, de esperanza. Sin embargo, permitimos que todo siga su curso dejando que la dirigencia que elegimos cada dos años degrade la Educación, la Salud, el Trabajo -que eran los valores de la sociedad del progreso- para crear violencia, inseguridad, maldad porque el valor más importante de la sociedad actual es el Dinero y ,además, fácil. Sin trabajo, sin estudio, sin sacrificio.
Hoy estamos indignados por la muerte prematura de un niño que ni siquiera había nacido, que nació forzado por la violencia, a un mundo signado por la violencia que días después le quitó la vida. La Policía, la Justicia y la Política ya tienen a seis culpables. Pero hay más de quince millones de culpables: los que votamos, los que dejamos que sigan ostentando los espacios de poder los mismos dirigentes de siempre, los que ya tienen todo armado: Las estructuras, las bases, los discursos y las mentiras. En 2001 dijimos “que se vayan todos” y no se fue nadie. Parece que ni nos dimos cuenta. En poco mas de un año tenemos la oportunidad histórica de comenzar a revertir esto, de tomar conciencia de que una elección construye nuestro futuro y que cuesta mucho esperar la siguiente porque, como Carolina e Isidro, se nos puede ir la vida en la espera y terminar siendo Condenados sin Condena.