sábado, 30 de octubre de 2010

Reflexiones sueltas, emociones atadas…

Estaba a punto de cumplir 5 años cuando murió Perón. Tengo un recuerdo muy vívido de aquellos días en los que la transmisión por Televisión del velatorio también tuvo relevante importancia. El Westfield blanco y negro que estaba en el comedor de mi casa mostraba una fila interminable de gente que intentaba llegar al ingreso del Palacio Legislativo. No entendía mucho lo que veía en aquel momento… comencé a comprenderlo con los años. A esa edad ya podía leer y escribir. Mi pasatiempo favorito era el de buscar palabras “largas” en el diario que cada tarde traía mi viejo después de trabajar. Por supuesto que la significación de las palabras no era mi fuerte con apenas cinco años. Era entretenido juntar las letras y dar en la tecla con la pronunciación. Entre esas palabras largas había encontrado una de la que no tenía la menor idea de lo que podía significar. Y pregunté:
- ¡Mamá! ¿Qué quiere decir “Antiperonismo”?
Un largo silencio y la intención de explicar lo que muchos adultos jamás comprenderían ni comprenderán.
Mi hija mayor hoy tiene casi la misma edad que tenía yo en aquel momento. Y padres periodistas que miran, escuchan y leen noticias. Igual que en mi infancia, un solo televisor en el comedor. El noticiero y un único tema durante tres días. Y las preguntas. Me dí cuenta que aprendí a preguntar muy bien, pero ¿responder?
- ¿Cómo se llamaba el Ex Presidente? ¿Por qué se murió? ¿La esposa del Ex Presidente es la Presidenta? ¡Cuánta gente que fue a verlo! ¿Por qué? ¿Y ahora cómo va a hacer la Presidenta?
Complicado. Difícil. Imposible.
Tres días estuve viendo y participando desde la cobertura, de un hecho trascendental. El reconocimiento a un hombre que, más allá de ideologías y diferencias, fue elegido y encumbrado por la mayoría de los argentinos fuera de cualquier número electoral.
La verdad es que no sé si Néstor Kirchner podrá estar a la altura de Juan Domingo Perón – me tocó vivir la decadencia y la peor parte de su vida política en un momento en el que sólo entendía que se podía o no comprar caramelos según la altura del mes-, su magnitud siempre he tratado de comprenderla por referencias.
A Kirchner lo festejé, lo padecí, lo admiré, lo sufrí y logró sorprenderme con esa postura casi antimarxista de poner a lo político como determinante último de las relaciones sociales; de sobreponerlo a lo económico al punto de mostrar e intentar demostrar que la política decide sobre el dinero y su manejo.
Quizás la tiranía del tiempo no le permitió mostrar sus últimas cartas. Muchos esperaban que pudiera encolumnar a mayorías abrumadoras en pos de la construcción de una Nación encaminada hacia la madurez (Oposición siempre habrá, sería insano que no exista); otros tantos esperaban que cediera ante la primera derrota fuerte –la 125- ante quienes se había enfrentado con vehemencia.
Desde hace un tiempo es casi inevitable que quienes hablan de política –en la familia, en el trabajo, en un bar o en una tribuna- no lo hagan contraponiendo a Kirchner y al “Kirchnerismo” con toda la oposición, en la que hay ideologías e intereses tan contrapuestos que complica cualquier acuerdo. Política de potrero. Pero, si salimos campeones, que importa de donde salen los jugadores. Qué raro que aún siendo fanático de Racing no pudiera evitar que en el país siempre se jugara un River-Boca.
Y como en aquel mes de Julio de 1974, con apenas cinco años por cumplir, supe que lo que estaba viendo y viviendo era algo grande, algo que seguramente recordaría con matices. Como también va a recordar la preguntona de mi hija, cuando –ya grande- tenga referencias del Ex Presidente y la Presidenta por los que se perdió los dibujitos durante varios días. Pero aún así, tuvo sus caramelos.
Las expresiones de aliento que se vieron durante el velatorio en la Casa Rosada, reflejaron un gesto en Cristina Fernández viuda de Kirchner por el cual, con su mano derecha parecía tomar esa fuerza, llevarla a su corazón y agradecerla besando esa mano para devolverle el gesto. También nosotros le expresamos nuestros mejores deseos y el apoyo de ser argentinos.
Por mi parte voy a seguir haciendo mi trabajo sin permitir que nadie trate de ubicarme en una vereda u otra, en un lado o en el “anti” del que alguna vez pregunté su por significado. Estoy decidido a seguir caminando por el medio de la calle.

sábado, 23 de octubre de 2010

La ley del más Pobre

Padecer o morir en defensa de las ideas o creencias es la definición conceptual de martirio.
El 1º de Mayo se recuerda a los “Mártires de Chicago”, un grupo que encabezó la protesta de trabajadores que reclamaban una jornada laboral de ocho horas en 1886 en EEUU y que fueran condenados a la horca. En la mayor parte del mundo es el Día del Trabajador, en EEUU el trabajador y su lucha no cuentan, es el Día de la Ley…
El “Día de la Mujer” también tiene un origen similar: cerca de 150 mujeres murieron en el incendio de una fábrica textil a mediados del siglo XIX cuando reclamaban remuneraciones equiparadas con la de los hombres que realizaban la misma tarea.
Pero estamos hablando de historia. Si hasta parece sólo una idea romántica de lucha en busca de la emoción de darle un sentido a las fechas.
Sin embargo, aquí y ahora también tenemos muertos y fechas. Treinta y tres muertos en el país, siete de ellos en la Ciudad de Buenos Aires fue el saldo de los sucesos del 19 y 20 de Diciembre de 2001 que culminaron con la caída de Fernando De La Rúa. Kosteki y Santillán, el 26 de Junio de 2002 eran parte de una manifestación de desocupados que cortaron el Puente Pueyrredón en plena crisis. Sus muertes obligaron al Presidente interino Eduardo Duhalde a llamar a elecciones y a olvidarse de ser candidato.
Hace tres días otra vez un reclamo justo se cobra una vida. Más allá de partidos políticos, ideologías y grupos de pertenencia se trata de otra vida. Y ya no es romántico. Es deplorable.
En primera persona, estuve realizando la cobertura del conflicto desde sus inicios: cortes de vía, bloqueos de boleterías, “batucadas” en la estación Constitución. Siempre había “grandotes” agrupados para amedrentar a los manifestantes y muchas veces, directamente fueron a increpar o a disuadir (término suave, si se quiere) a los líderes de la protesta de trabajadores despedidos o tercerizados del ex Ferrocarril Roca que pedían igual remuneración para igual tarea. Paradójicamente, el día del asesinato de Mariano Ferreyra estaba en el Senado de la Nación siguiendo la aprobación del proyecto de Restricción y Control de Armas. Tarde se acordaron. Hubo un “descontrolado” que usó una para matar y herir sin “restricciones”.
Norma Morandini es Senadora Nacional por Córdoba, pero primero es Periodista. Me dejó una reflexión que muchos conocen pero repiten sin sentido: “Cuando impera la violencia, pierde la política”. Justamente la política se desarrolló para dirimir las diferencias en el diálogo, para terminar con las guerras, para que las únicas armas que perduren en la lucha sean las palabras. Las palabras no matan a nadie pero pueden ganar un conflicto con argumentos. Lamentablemente, hay muchos que no entienden o no quieren utilizar las palabras porque se ven derrotados. Incluso muchos que comprenden el valor de las palabras, gritan porque no saben utilizarla.
Sin embargo, los que siempre piden a gritos Justicia, aún valorando la palabra y su significado, son los últimos en encontrarla. Por que son los más desposeídos, los más precarizados, los más desamparados. Los únicos que siempre están obligados a cumplir la ley, la ley del más pobre.

sábado, 9 de octubre de 2010

Para poner un poco de Juicio

En algún momento hablamos del Estado Moderno como un regente de derechos y deberes, basado en una burocracia administrativa de profesionales y técnicos encargados de chequear el cumplimiento de las normas o leyes acordadas por los miembros de ese Estado: sus habitantes.
Hoy, esa burocracia suma clientes pero elimina mano de obra especializada ¿Cómo? Con tecnología.
Y sino pregunten a la Señora Presidente que utiliza la herramienta del Twitter como una ametralladora Uzi de párrafos de dos líneas y media, escupiendo un Tweet tras otro, cual vainas que descartan la ojiva de frases reacomodadas intentando puntería discursiva.
Hace un par de días, desde Alemania, volvió a pegarle al Poder Judicial que no accede a las requisitorias del partido de gobierno. Se quejó de la “justicia cautelar”, y con razón ¡Con toda la razón! ¿Cautela con qué o con quiénes? ¿Con la trampa? ¿Con los que delinquieron desobedeciendo las leyes que todos aceptamos? ¿Con los que roban y matan? ¡La cautela la tenemos que tener nosotros que salimos a laburar todos los días sin saber si llegamos al trabajo –mataron a un chofer de colectivos esta semana- o si volvemos a casa –asesinaron a un modelo en la puerta de la vivienda de su novia-!
Sin embargo, la embestida del oficialismo contra la Corte o sobre los Jueces se contradice desde la propia raíz. El principal argumento es que a los jueces no se los elige y por lo tanto no pueden decidir sobre si sirve o no una nueva norma o ley, aprobada por un poder electo. ¡Otra vez estamos de acuerdo!
Ahora, la contradicción.
Desde la reforma Constitucional de 1995 (hace 15 años nada menos) no se cumple con varios de sus artículos:
El 24 dice “El Congreso promoverá la reforma de la actual legislación en todos sus ramos, y el establecimiento del juicio por jurados.”
Esa normativa que ordena nuestra constitución, devolvería la Justicia a las manos del pueblo, que estaría involucrado directamente en la impartición de justicia, de modo transparente.
En 2005 (diez años después de la Reforma de Rosario), fue la Provincia de Córdoba la primera en incorporar esta figura Constitucional, con un gobierno del mismo color político que el actual.
Pero más allá –o más acá-, desde 2007 descansan en el Congreso Nacional (muchos también desde antes) varios proyectos de Ley para el establecimiento de Juicio por Jurados; y el que más chance tenía de llegar al tratamiento pertenece a la entonces Senadora ¡Cristina Fernández de Kirchner! Quien en aquel momento era la Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado y Esposa de quien era el Presidente de la Nación en funciones Néstor Kirchner.
Sin embargo, desde ese año y hasta la derrota electoral del Junio de 2009 y el cambio de conformación en el Congreso Nacional, el Gobierno contaba con mayoría absoluta en ambas Cámaras. A pesar de ello, no insistió en la aplicación de la Constitución para realizar una verdadera Reforma Judicial e instalar la figura del Juicio por Jurados como una forma de darle al Pueblo la posibilidad de juzgar a los que vulneran las leyes, de la misma manera que califica a sus dirigentes políticos cuando los castiga en las urnas electorales. Ni en Comisiones tuvo tratamiento el Proyecto.
Está Bien. Esto implicaría renunciar a una “justicia jurídicamente perfecta”, ya que un jurado nunca será ni erudito ni jurisconsulto como puede serlo un juez. Pero de la tensión que se produce entre el poder y el ciudadano que reclama justicia, surge en el juicio por jurado la garantía de justicia que es reclamada por todos los actores.
Además, otros dos artículos de la Constitución se refieren a esta modalidad: el 75 inciso 12 y el 118; ambos definen cómo y cuándo deben realizarse los Juicios por Jurados
Los argumentos pueden ser interminables a favor de esta normativa ya que lograría transparentar proveyendo los medios para objetar y discutir las normas y valores de la comunidad en el procedimiento judicial, brindando la oportunidad de legitimar el sistema de justicia al permitir a los ciudadanos validar las leyes aplicándolas en casos específicos.
¿Qué es lo que no permite a la dirigencia política en uso de una banca, lograr un acuerdo para que se cumpla con un mandato Constitucional que se ha dejado afuera desde hace 15 años? ¿Quiénes les atan las manos? ¿Qué intereses existen en las corporaciones judiciales, políticas y empresarias para que no se cumpla con la Carta Magna? ¿Quién puede explicarlo? ¿Quién argumenta? ¿A quién le van a echar la culpa ahora? ¿Al oficialismo, a la oposición?
El mismo día en que la Señora CFKArgentina se despachó vía Twitter contra la “Justicia Cautelar”, yo –que también utilizo el Twitter, aunque en menor medida- decidí utilizar mi Tweet Número 200 (Tweet bicentenario, me acotaron) para responderle a nuestra Primera Mandataria, y decía: “Sra. Presidente. A los jueces los elige la política, no la ciudadanía.” Siga participando…